2. Tu orina ha pasado de amarillo a rojo.
Una orina rosada es una señal de alarma. La sangre puede ser indicativo de enfermedad de la próstata, la vejiga o el riñón, y hay que averiguar de dónde viene. Por otra parte, un semen con sangre es menos probable que indique un riesgo mortal. Aun así, pide a tu médico que lo compruebe. Podrías tener prostatitis, una inflamación glandular que suele estar causada por una infección de E. coli. Si fuera eso, se puede tratar con antibióticos. ¡De cabeza al médico!
3. Tu líbido se ha ido de vacaciones sin avisar.
Si el fuego en la cama se apaga, quizá no sea culpa de tu relación. Una apnea obstructiva del sueño puede bloquear las vías respiratorias, dinamitando el deseo. Un grupo de investigadores alemanes descubrió que los hombres con niveles nocturnos más bajos de oxígeno en sangre declaraban niveles de deseo sexual un 11% inferiores a los que respiraban bien La apnea puede bajar la testosterona. Si roncas fuertemente, te despiertas con sensación de ahogo o te sientes cansado durante el día, consulta a un médico.
4. Tu amigo está hinchado (y no en el buen sentido).
Nada que ver con una erección. Nos referimos a inflamación, enrojecimiento y dolor en la cabeza de tu pene. Se conoce como balanitis, y suele estar provocado por bacterias, virus u hongos, y frecuentemente escasa higiene. Puede que necesites un antifúngico sin receta, o una receta médica para crema esteroidea o antibióticos. Y no es-taría de más que pidieras que te hicieran las pruebas de diabetes. Investigaciones recientes mostraron que los diabéticos tienen el triple de probabilidad de desarrollar la maldita balanitis.
5. Notas que no es tan sensible como antes
Un mango insensible puede ser un síntoma de una mala alimentación. Asegúrate cada día de consumir al menos 2,4 microgramos de vitamina B12 –presente en la leche, ternera, almejas– y 400 microgramos de folatos –hojas verdes y las alubias–. Un déficit hace que las fibras nerviosas no conduzcan bien las señales de tu pene al cerebro. Hazte también una analítica de azúcar en sangre para descartar la diabetes. Incluso si el nivel es levemente alto (más de 100mg/dL tras 8 horas de ayuno), podría influir en la sensibilidad.
6. Necesitas orinar más de lo habitual
La causa más probable de tus problemas de fontanería es una hiperplasia benigna de próstata, o BPH, que no suele causar síntomas antes de los 40 pero afecta hasta al 90% de los hombres entre los 70 y 80 años. Cuando el tamaño de la próstata aumenta, aprieta sobre el conducto que lleva la orina hacia el exterior del cuerpo y te causa esa sensación de urgencia. En estos casos los médicos acostumbran a recetar alfabloqueantes, unas pastillas que ayudan con el BPH (y a veces también te echan una mano con la tensión alta).
7. Eyaculas menos cantidad y no llegas al orgasmo
No es lo mismo que chispee, como que caiga una tormenta. En términos de eyaculación, el chispeo puede deberse a niveles bajos de testosterona. Esta ayuda en la producción de semen y la fuerza con que eyaculas depende de cuánto semen tengas. Otra razón posible: estás medicándote con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina para la depresión. Según un estudio iraní, este tipo de fármacos puede provocar dificultades para alcanzar al orgasmo. Pregunta si puedes modificar la dosis o cambiar de medicamento.
8. Tu erección se angula de manera sospechosa
¿Se ha vuelto loco tu mando? Puede que formes parte del 23% de los hombres de más de 40 años con la enfermedad de Peyronie, una patología que provoca que el pene erecto se doble con un ángulo de 30º o más. Se debe a la formación de placas de colágeno en el tejido conjuntivo que rodea el interior esponjoso del pene. La causa puede ser genética, un signo de demasiada actividad sexual o demasiado poca. Acude al médico en 24 horas. Un nivel alto de glucosa también provoca que las células madre de tu pene estén fabricando placa
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